En concreto podemos determinar que existen dos tipos básicos de
fuentes de poder. Una de ellas es la llamada AT (Advanced Technology),
que tiene una mayor antigüedad pues data de la década de los años 80, y
luego está la ATX (Advanced Technology Extended).
La
primera de las citadas se instala en lo que es el gabinete del ordenador
y su misión es transformar lo que es la corriente alterna que llega
desde lo que es la línea eléctrica en corriente directa. No obstante,
también tiene entre sus objetivos el proteger al sistema de las posibles
subidas de voltaje o el suministrar a los dispositivos de aquel toda la
cantidad de energía que necesiten para funcionar. Además de fuente AT
también es conocida como fuente analógica, fuente de alimentación AT o
fuente de encendido mecánico. Su encendido mecánico y su seguridad son
sus dos principales señas de identidad.
La ATX, por su
parte, podemos decir que es la segunda generación de fuentes para
ordenador y en concreto se diseñó para aquellos que estén dotados con
microprocesador Intel Pentium MMX.
Las mismas funciones
que su antecesora son las que desarrolla dicha fuente de poder que se
caracteriza por ser de encendido digital, por contar con un interruptor
que se dedica a evitar lo que es el consumo innecesario durante el
estado de Stand By y también ofrece la posibilidad de ser perfectamente
apto para lo que son los equipos que están dotados con microprocesadores
más modernos.
Las fuentes de alimentación para dispositivos electrónicos, pueden clasificarse básicamente como fuentes de alimentación lineales y conmutadas. Las lineales tienen un diseño relativamente simple, que puede llegar a ser más complejo cuanto mayor es la corriente que deben suministrar, sin embargo su regulación de tensión es poco eficiente. Una fuente conmutada, de la misma potencia que una lineal, será más pequeña y normalmente más eficiente pero será más compleja y por tanto más susceptible a averías.
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